En el caso de los niños, algunas que suelen presentarse son: sonambulismo, pesadillas y enuresis nocturna. Esta última se refiere a la emisión involuntaria de orina durante el sueño en niños que tienen una edad en la que se espera que tengan control sobre la vejiga, esta emisión se da de manera absolutamente involuntaria, puede ser un proceso normal del desarrollo que se supera con el tiempo. Sin embargo, cuando persiste más allá de cierta edad sin mejorar puede causar angustia, afectar la autoestima y la calidad de vida del menor. Algunos factores que contribuyen al desarrollo de dicho tipo de trastorno en esta población: la historia familiar, cambios significativos, eventos traumáticos y estrés, uso de algunos medicamentos y privación del sueño.
Es necesario aclarar que el proceso de intervención para mitigar el efecto de las parasomnias depende específicamente del tipo y la magnitud de los síntomas. Sin embargo algunas de las acciones comunes para su tratamiento pueden incluir: psicoeducación y asesoría al paciente y su familia sobre los síntomas, factores de riesgo y prevención de episodios, establecer hábitos claros y coherentes para fortalecer una higiene del sueño adecuada, en algunos casos el tratamiento farmacológico sería necesario para regular los patrones de sueño y reducir episodios. En el caso de los niños la terapia cognitivo conductual es una estrategia absolutamente importante debido a que se centra en cambiar los patrones de comportamiento que propician la aparición de parasomnias.