El síndrome de burnout, también conocido como “el síndrome del quemado”, se caracteriza por un estado de estrés crónico, un agotamiento físico, emocional o psicológico extremo, un estado de fatiga crónica, una actitud fría, sentimientos de apatía o desmotivación, preocupación excesiva por las labores o tareas por realizar, entre otros. Además, en algunos casos pueden aparecer síntomas de patologías asociadas con la depresión, la ansiedad y los trastornos del sueño.
Según la organización mundial de la salud (OMS), el síndrome de burnout es considerado un factor de riesgo laboral por su capacidad para afectar la salud mental, la calidad de vida e incluso poner en riesgo la vida del trabajador.
Es decir, largas jornadas laborales, altos niveles de estrés, una sobrecarga en las funciones, relaciones interpersonales conflictivas y realizar varias tareas al mismo tiempo pueden ser el inicio para desencadenar el síndrome de burnout (Saborío e Hidalgo, 2015).
¿Cómo se puede identificar el síndrome de Burnout?
A partir de lo establecido por la OMS, se observan tres dimensiones desde las cuales se puede identificar algunos de los síntomas del síndrome de burnout.
En primer lugar, se presentan sentimientos de falta de energía o agotamiento, un constante cansancio emocional y de fatiga a pesar de estar iniciando las funciones en el día a día.
En segundo lugar, se padece despersonalización en el trato personal, apatía y desmotivación hacia un otro.
Y, en tercer lugar, aparece una sensación de ineficacia y baja realización personal, aquí se presenta una insatisfacción o aburrimiento hacia las tareas generando un deterioro en el desempeño y en ocasiones el ausentismo laboral.
Diversas investigaciones han demostrado que el síndrome de burnout ha aumentado a lo largo del tiempo y sugieren que debido al efecto de la pandemia por COVID 19, las empresas han establecido otras prioridades que en ocasiones deja de lado la salud física y mental del trabajador.
Es por esto, que se considera relevante proponer diferentes estrategias para intervenirlo, trabajarlo y mejorarlo desde los procesos organizacionales.
Algunas recomendaciones para prevenir el síndrome y cuidar tu salud mental son:
- Establece límites en tus horarios laborales.
- Permítete pensar, sentir y expresar tus sentimientos.
- Realiza pausas activas y desconéctate por un momento.
- Crea hábitos y/o rutinas que propicien tu bienestar físico y emocional.
- Si la desmotivación continua, contempla el cambio del trabajo.
- No dudes en buscar ayuda de un profesional.
Ten presente que, si comienzas a notar algunos de los síntomas y aparece cada vez más el estrés y la fatiga, es importante buscar ayuda de un profesional, ya que son indicios de un posible síndrome de burnout. Asimismo, un profesional del área de la salud mental podrá orientarte y acompañarte en este proceso.
Referencias
Ministerio del trabajo. (2016). Síndrome de Agotamiento Laboral- “Burnout”. Protocolo y actuación. Recuperado de: http://www.amfpr.org/wp-content/uploads/10-Protocolo-prevencion-y-actuacion-burnout.pdf
Saborío, L. e Hidalgo, L. (2015). Síndrome de Burnout. Medicina Legal Vol.32 N°1. Costa Rica. Recuperado de: Haz clic aquí para visitar el enlace
Ana María Tamayo Bustamante
Psicóloga.
Especialista en Psicología Clínica y Salud Mental. Universidad Pontificia Bolivariana